lunes, 28 de marzo de 2011

Saliendo de las Tinieblas: Cap. 1

Aguien nuevo(parte 3)

  A la hora de la salida me apresure a la salida antes de que empezaran de nuevo con lo de la salida a comer. Pero la suerte no estuvo de mi lado, porque al salir me quede en un estacionamiento cada vez mas vacío esperando a Sofía.
  -Con que hay estas- oí gritar a Belén a mis espaldas y de pronto ya estaba a un lado mío y me quito el gorro del suéter.
  -Si donde mas, yo siempre espero aquí a Sofía, pero eso tú ya lo sabías, así que no te hagas la inocente.
  -Si como sea, y ni creas que te vas a ir, ya ves el destino hizo que te encontrara aquí porque tenía planeado que tú fueras con nosotros hoy.
  -¿Cuál destino? Es solo mi hermana que se retraso como otras tantas veces.
  -Eso querida amiga es el destino que quiere que salgas a divertirte de vez en cuando-
  -Ahí está como me voy a divertir yendo con ese…
  -Ese te recuerdo se llama Jean-Poul, y si te hubieras dignado a tratarlo aunque sea un poquito fuera de lo necesario te hubieras dado cuenta de que es súper buena onda.
  -Tú sabes que a mí no me gusta hablar con hombres.
  -Si lo sé, pero lo que no se es ¿por qué?, llevo conociéndote desde hace bastante tiempo y nunca me has querido decir.
  -Eso no importa, y no voy a ir, Sofía se va a preocupar.
  -Si como si eso fuera a pasar, al contrario se va…- entonces cayó en la cuenta de que estaba siendo un poco insensible- disculpa, yo… yo no quise decir eso, yo…
  -Descuida, no tienes que disculparte por decir la verdad- se me quebró la voz- pero si no llega me voy en taxi, y punto.
  -No tienes que quedarte esperando, por favor ven a comer con nosotros, hay dos personas que se van a poner tristes si no vienes.
  -Si claro, Jennifer hasta contenta se mostro al decir que no iba.
  -No me refería a ella precisamente.
  -Ah claro ya me lo trago, Jean-Poul quiere que vaya- dije sarcásticamente.
  -Aunque no lo creas el casi me rogo para convencerte de que vinieras, claro que no hacía falta.
  -Pues no voy y no voy.
  -Ándale hazlo por mí, por tu mejor amiga que te quiere- dijo con cara de cachorro triste, con la cual yo no me pude resistir.
  -Está bien, pero si no me gusta a donde vamos me largo.
  -Amiga eres súper- dijo dando saltitos y luego me dio un abrazo.
  -Sí, le voy a avisar a Sofía que no venga por mí.
  -Si Ok, voy a decírselo a los demás, espéranos aquí- entonces salió corriendo.

  En cuanto se perdió de vista saque el celular  que solo utilizaba para hablar con Belén y raras veces para llamar a Sofía, le marque a Sofía y tuve que esperar hasta el quinto tono para que me contestara.
  -Hello Edén. Estaba por llamarte para avisarte que no voy a poder ir por ti, Cristopher me invito a comer y no me pude negar. Te vas a tener que ir en taxi.
  -Para eso te hablaba para decirte que no vinieras por mí, voy a comer con unos amigos de la Prepa.
  -¡Espera! ¿Qué vas a ir a donde? ¿A caso dijiste que con unos amigos? ¿A caso tu tienes amigos?- dijo con tono sorprendido, lo cual me irrito, pero mucho mas me entristeció, yo algunas veces le había hablado de ella, de mi única mejor amiga pero por lo visto poco le importo yo, porque ni siquiera recordó algo tan importante para mi.
  -Si como lo oyes, voy a salir con unos compañeros y con Belén mi mejor amiga ¿la recuerdas? ya te he hablado de ella- dije alzando la voz.
  -O si no la recordaba- dijo despistada.
  -¡Si, si ya se que nada que tenga que ver conmigo te importa!- grite- pero al menos despista mejor.
  -Lo siento yo…-pero yo no la deje terminar.
  -No, no importa ya se lo poco que valgo para ti y para mama- dicho esto colgué.
  -Tonta, tonta como puedes creer que a alguien le importas, y como puede seguirte afectando- entonces pequeñas lágrimas comenzaron a brotar de mis ojos. Y así estuve llorando en silencio, hasta que alguien detrás de mí sonó el claxon, rápidamente me seque las lágrimas. Cuando voltee pude ver que era el auto de Jean-Poul, y en el ya se encontraba Jennifer en el asiento delantero y Belén en el trasero, esta ultima al yo tardar en reaccionar saco la cabeza por la ventanilla y se dirigió a mi.
  -Vamos Ed sube- en serio ya no tenia ganas de ir, pero ya había quedado con ella.
  -Si, no tenemos tu tiempo- dijo Jennifer un poco molesta.
  -O si- dije por lo bajo con voz rasposa, entonces  abrí la puerta trasera del auto y me subí. Durante un buen rato nadie hablo.
  -¿A si que a donde vamos?- pregunto muy emocionada Jennifer rompiendo así el silencio.
  -Es verdad, no nos dijiste a donde nos ibas a llevar- dijo Belén también emocionada.
  -Pues pensé llevarlas a Luz de Luna, oí que la comida ahí es muy buena.
  -Si efectivamente, es deliciosa- dijo Jennifer dándole la razón.
  -Si, hemos ido ahí muchas veces con nuestros padres- y yo las envidiaba un poco por ellos, que si eran buenos padres, padres que desde hace mucho tiempo yo no tenia. Y así me quede pensando mientras que Jean-Poul hablaba, hasta que Belén me dio un codazo. Y acerco su boca a mi oído para susurrarme.
  -Ed, te esta hablando a ti, contesta no seas maleducada- me regaño y entonces me dirigí a Jean-Poul.
  -Disculpa ¿Qué decías?- dije a regañadientes.
  -¿Qué si a ti te gusta ese lugar?- dijo Jean-Poul dirigiéndose a mi por el retrovisor, pero por alguna extraña razón su pregunta me resulto fuera de lugar, era como si no tuviera que contestarla debido a que el ya sabría la respuesta, Edén no porque su voz sea idéntica a tu voz quiere decir que el te conozca, pero que estupida eres.
  -Um, no lo se, tal vez me gustara si hubiera ido algún día- dije quitándole importancia.
  -Pues claro que no lo conoce, Edén nunca sale- dijo Jennifer.
  -Pues entonces ya lo conocerás- dijo el con una sonrisa de suficiencia, ignorando completamente el comentario de Jennifer.
  -Pues claro para haya vamos ¿no?- dije sarcástica y dirigí la mirada hacia la ventanilla. Durante todo el trayecto siguiente no le preste atención a la conversación que surgió y solo me limite a mirar las figuras fugaces de los edificios y las personas que se divisaban a través del vidrio de la ventana. De pronto el auto se detuvo y frente a mi apareció un bonito edificio blanco con un letrero discreto que decía Luz de Luna. Todos nos bajamos y el ballet parking se llevo el auto. Entramos a un gran pasillo y en el fondo había un señor, que era el que acomodaba a los clientes en sus respectivas mesas.
  -Buenas tardes, ¿desea una mesa?- le pregunto a Jean-Poul.
  -Si por favor, una mesa para cuatro- dijo señalándonos. El señor al verme hizo mala cara.
  -Si, pero hay una condición para entrar- y volvió a dirigirse a mi con la mirada- la señorita tendrá que quitarse los lentes y el gorro- eso fue como un balde de agua fría  para mi.
  -Pero…-dije con voz vacilante- no lo haré, lo siento- dije con voz decidida y todos me miraron al instante, Belén suplicante, Jennifer irritada y Jean-Poul con esperanza. 
  -Vamos solo quítate las cosas- dijo Jennifer.
  -No, no lo haré, no pueden obligarme.
  -Entonces no, lo siento pero no podrán entrar.
  -Por favor- dijo Jean-Poul.
  -¡No quiero!- dije casi gritando.
  -No pasara nada si te los quitas amiga- dijo Belén.
  -¡Que no quiero!
  -Edén estas arruinando la salida, ¡solo quítate las cosas!- dijo Jennifer.
  -No lo haré, prefiero irme- dije encaminándome a la salida. Ya afuera saque mi celular y comencé a llamar al sitio de taxi, de pronto  una mano me tomo por el brazo y me hizo detenerme al instante.
  -Belén déjame te dije que si no me gustaba el lugar me iría, y hablaba en serio- dije esperando que me soltara. Cuando no lo hizo me gire y me sorprendió mucho que en vez de Belén fuera Jean-Poul el que me sujetaba. Inmediatamente me deshice de su agarre.
  -Me vuelves a tocar una vez más y te arrepentirás- dije con mordacidad.
  -Lo siento, quédate por favor- dijo con voz suave y en sus ojos vi suplica.
  -¿Para que quieres que me quede? No soy ni amable, ni sociable contigo.
  -Solo lo quiero, además fuera de todo lo anterior tú me pareces una buena persona. Además Belén quiere que te quedes- lo que dijo pareció tan sincero que me sorprendió y me agrado.
  -Aun si fuera cierto, oíste lo que dijo ese señor, tengo que quitarme los lentes y mi gorro, y no lo haré- dije en tono firme- entonces apareció una sonrisa picara en sus labios.
  -Eso déjamelo a mi- dijo muy seguro de si mismo.
  -Esta bien lo haré, pero solo por Belén, ella realmente quería que viniera- dije ya rendida.
  -Si solo por ella- dijo con tono seco- vamos pues- entonces trato de tomar mi brazo de nuevo yo carraspee irritada y el retiro su mano al instante- lo siento- lo oí susurrar. De ahí nos encaminamos de nuevo al restaurante, justo en la puerta estaba Belén y Jennifer. La primera sonrío al verme y la segunda soltó un bufido.
  -Edén regresaste- dijo Belén entusiasmada.
  -Si, solo por ti- dije mirando lascivamente a Jennifer y Jean-Poul.
  -Gracias amiga- contesto esta dándome un gran abrazo.
  -Aunque para serte sincera no creo que me dejen entrar.
  -Eso déjenmelo a mi- intervino Jean-Poul- espérenme aquí enseguida vuelvo- entonces entro de nuevo.
  -Ojala y lo convenza- dijo Belén.
  -Pues yo lo veo difícil, el señor se veía muy estricto con lo de dejarme entrar.
  -Solo tenías que quitarte las malditas cosas. ¿Por qué tenias que arruinar esto? Era importante para mi- dijo gritando Jennifer.
  -Créeme no lo hice para arruinar la salida- explique con la esperanza de que comprendiera.
  -¡No te creo! Estas celosa de que yo le guste a Jean-Poul- dijo con presunción. La pobre ni siquiera se dio cuenta de que Jean-Poul había llegado y estaba detrás de ella, este la miraba enojado o eso parecía.
  -¿Qué tu que?- dijo Belén tratando de sacarle mas información. Yo solo me quede callada.
  -Lo que oíste, si no como te explicas que nos invitara a comer, digo no fue por ti hermanita eres demasiado rara y...- luego se dirigió a mi- tu ni bonita eres y el hecho de que nunca te quites tus lentes ni tu gorro me hace creer que tienes una deformidad. Entonces Jean-Poul carraspeo, Jennifer al escucharlo perdió todo el color de su cara.
  -Suficiente- dijo este poniéndose enfrente de ella- no se quien te creas que eres pero no le puedes hablar así a las personas, no cuando se trata de tu misma hermana y tu supuesta amiga- dijo con rabia.
  -Lo siento yo…- pero Jean-Poul la interrumpió.
  -Además tu no me gustas, no me gustan las personas como tu- esto pareció afectarla puesto que sus ojos se llenaron de lagrimas.
  -Lo siento- dijo y salio corriendo, dejándonos ahí parados.

martes, 15 de marzo de 2011

Saliendo de las Tinieblas: Cap. 1

 
Alguien nuevo (pate 2)

Esta vez en mi primer sueño me encontraba en el parque junto a mi árbol, era como si estuviera reviviendo lo pasado en la tarde, allí se encontraba el mismo joven de la tarde con sus hermosos ojos grises y platicamos lo mismo. Solo que esta vez el me tomo del brazo como si supiera que me iba a echar a correr, entonces me abrazo con un abrazo lleno de amor y esperanza, y me susurro al oído.
  -Ya todo paso, de ahora en adelante yo nunca te dejare- y se inclino para besarme, pero luego todo, incluido él desapareció. Y luego comenzaron mis pesadillas anteriores.
  Me desperté sin saber que hora era, de nuevo con lágrimas en mis ojos, sollozando y gritando, entonces recordé que la voz en mi cabeza había decidido dejarme y comencé a llorar con más fuerzas.
  Y así continué hasta que sonó la alarma que me indicaba que tenia que levantarme o se me haría tarde, me seque  las lagrimas, tarde un poco en levantarme pero al final lo hice, tenía que ir al Instituto San Cristóbal, una de los mas importantes del país, dijeran muchos, ya  era mi ultimo año y no lo podía arruinar o si no mi madre se enojaría mucho, a pesar de que preferiría nunca salir de mi casa para ir a ese entupido lugar. Me levante muy a mi pesar, busque de ropa interior usual, y unos tenis converse grises, un pantalón atubado negro, una blusa de manga corta gris, y un suéter súper flojo y con gorro negro; y de ahí me metí a bañar. Cuando salí me puse mí ropa, me pare frente al espejo; traía unas súper ojeras y los ojos hinchados y me hice un molote de peinado y me puse mi gorro negro. De pronto mi hermana Sofía toco a la puerta.
  -Edén apúrate no quiero llegar tarde, otra vez.
  -Ya voy y te recuerdo que la ultima vez llegamos tarde fue porque tu te quedaste dormida- dije luego tome mi mochila y mis lentes Ray Bans negros. Al abrir la puerta mi hermana hizo cara de desagrado al ver mi ropa. Ella era todo lo contrario a mi, yo era alta y ella era  baja, yo era pelirroja y ella era castaña, yo llevaba el  pelo largo y ella medio corto, yo tenia los ojos violetas y ella los tenia negros, y podría seguir con una larga lista, sin contar que ella siempre vestía  de manera “normal” todo lo contrario a mi, en este caso hoy llevaba un vestido floreado rosa con azul y unas zapatillas azules, iba perfectamente maquillada y peinada, como siempre.
  -Vaya parece que no dormiste bien, que novedad, traes los ojos hinchados ¿estuviste llorando?
  -Si otra vez no pude dormir bien, y no estuve llorando, y si lo estuve acaso ¿te importa?
  -Pues para serte sincera la verdad es que no, tú eres muy dramática.
  -No soy dramática- si supieras.
  -Si OK como quieras. ¿Hasta cuando vas a dejar de vestir como una drogadicta?, tienes la ropa que nos manda mamá de sus viajes.
  -No soy una drogadicta con que yo lo sepa esta bien, y esa ropa no va conmigo…- es demasiado llamativa no quiero llamar la atención de nadie y menos la de los hombres  complete en mi mente.
  -Así no vas a conseguir novio nunca- puse los ojos en blanco- No cabe duda…
  -Si ya lo se no cabe duda que soy adoptada, eso lo dices siempre- como si me importara ya lo que me decía.
  -Y no me cansare de decirlo, pero ya vámonos que te tengo que ir a dejar al Instituto y luego tengo que irme a la Universidad.

  -OK vamos- hoy me sentía mal como para seguir peleando. Bajamos hasta el porche y nos subimos al Mercedes Benz rojo de mi hermana.
  Íbamos saliendo de la colonia cuando un BMW Negro se nos atravesó y casi chocamos.
  -Oye me tu imbécil- dije sacando la cara por la ventanilla- pero que te crees…- y no pude terminar por que mi hermana me calló. Al ver mejor al conductor me di cuenta de que era el joven de ayer, Jean-Poul.
  -Tu…
  -Buenos días señoritas, lo siento mucho iba un poco distraído- voltee a ver a mi hermana y esta se había sonrojando, en cambio yo solo bufe, lo cual pareció divertirlo porque río a carcajada limpia, y luego comenzó a alejarse de nosotras.
  -No es tan lindo el nuevo vecino- dijo suspirando.
  -¿El nuevo vecino?- dije intrigada.
  -Si ayer se mudo a la mansión de alado, yo misma lo vi recibiendo la mudanza.
  -Lo que faltaba, a propósito no se nos estaba haciendo tarde.
  -OH si- y luego piso a fondo el acelerador.
  Como otras veces que se nos hacia tarde mi hermana condujo como una lunática, aunque claro a mi no me molesta la velocidad. Total que llegue hasta temprano. Al salir de auto me puse el gorro de mi suéter y mis lentes, y además me puse mi mascara de “no soy tan infeliz”.

  Ya al llegar me encontré con una nueva noticia, un chico nuevo que quien sabe de donde fregados venia, parece ser que de Europa se iba  a integrar al Instituto, todas las alumnas ya fantaseaban con el, y mi salón no fue la excepción; eso lo note al entrar  al salón y sentarme en mi pupitre para dos; el cual solo ocupaba yo porque estaba al final de la fila.
  Casi inmediatamente llegaron las únicas gemelas del Instituto, Belén y Jennifer; ambas tenían lo ojos verdes un poco pequeños pero lindos, la misma nariz achatada, los mismos labios delgados, la misma estatura mediana, la misma complexión delgada, las dos serian idénticas, si no usaran ropas y peinados diferentes, Belén siempre iba con su look moderno que constaba siempre de unos converse,  unos pantalones a tubo, una camiseta sencilla de algodón, con un poco de brillo en los labios y su cabello largo has color castaño; en cambio Jennifer era todo lo contrario con su look clásico con un vestido rosa, un suéter de mismo color y unas zapatillas negras de tacón, siempre bien maquillada y con su cabello largo y con bucles hechos por ella, además de que se pintaba el cabello rubio; ella encajaría muy bien con las populares de salón si no existiera el pequeño detalle de que no las había alabado lo suficiente. En cuanto se sentaron en el pupitre adelante del mío, Belén seguida de Jennifer volteó.
  -Hola Ed- dijeron al uníoslo.
  -Hola chicas- dije quitándome el gorro del suéter; en publico nunca me quitaba mis lentes y mi gorro; fingí una sonrisa muy a mi pesar, pero no fue muy convincente porque solo Jennifer se la trago y me sonrío de vuelta, Belén en cambio me conocía mucho mas para saber que no estoaba bien me dio un abrazo muy fuerte, ella siempre era tan linda, si supiera que eso siempre le ayuda un poco a mi roto corazón, al menos solo un poco.
  -¿Y eso a que se debe hermanita?- pregunto Jennifer.
  -Solo tenia ganas de abrazar a mi mejor amiga ¿a caso eso esta mal?- y sin que Jennifer se diera cuenta me guiño un ojo.
  -No claro que no- de pronto se le ilumino el rostro-  pero que tonta soy casi lo olvido.
  -¿Olvidar que?- tenia que ser algo muy importante por la expresión que puso.
  -Pues si no lo notaste hay un chico nuevo en el Instituto que vine de  Europa- dijo con una gran sonrisa.
  -A si y eso ¿Qué?- ¿a quien le importa un estúpido chico?
  -Que el va a estar en nuestro salón- casi grito eufórica.
  -No te sigo, ¿Por qué tanta euforia?- dije fastidiada.
  -Porque es súper guapo, Belén y yo lo vimos cuando salía de la Dirección, ¿verdad que es súper guapo Belén?
  -Bueno la verdad es que si-dijo sonrojándose.
  -Y se dice que es de Francia- dijo Jennifer todavía más eufórica.
  -¿Y eso que? De seguro por eso a de ser muy creído.
  -¿Cómo puedes decir eso si todavía ni lo conoces?- dijo Jennifer un poco molesta por el comentario.
  -A ver es guapo y es extranjero, es hombre, todos tienen algún defecto- dije ya cansada del tema.
  -Aun así no puedes juzgar a nadie sin conocerlo, hablas como si ya lo conocieras y no creo que eso sea posible.
  -Si como sea, siento haberlo ofendido sin conocerlo- luego hice cara de desagrado.
  -Eres imposible- dijo en tono seco.
  -Eso ya lo eh oído antes- y me puse el gorro de nuevo, a lo bajo escuche a Jennifer gruñir por mi falta de educación.
  Entonces sonó la chicharra y el profesor de mate entro seguido de Jean-Poul, lo que me faltaba el es el alumno nuevo. Se escucharon suspiros por parte del alumnado femenino, a verlo directamente a los ojos hubo algo en su mirada que me gusto demasiado como para aceptarlo así que aparte la mirada. Aun así no pude evitar volver a mirarlo y me sonrió, me sonrió, no Edén de seguro le sonrío a alguien más.
  -Hola alumnos como ya se habrán enterado por lo chismes hoy se integra un nuevo alumno, muy bien jovencito dejare que tu te presentes.
  -Si profesor con mucho gusto- Por Dios esa voz, entonces mi corazón comenzó a latir como loco, cálmate Edén esa voz no es la voz en tu cabeza, solo se parecen mucho, eso es todo, luego se dirigió al resto del salón- Bonjour mi nombre es Jean-Poul Bouvier, vengo de Francia, para ser mas especifico de Paris, tengo 18 años, me mude aquí por motivos personales- después de terminar todas las que antes suspiraron ahora estaban aplaudiéndole, eso háganle mas grande el ego; y los hombres solo se limitaron a bufar, la iban a tener difícil con la chicas con el en el Instituto, eso era seguro con solo ver como las chicas miraban fascinadas al alumno nuevo.
  -Bueno Jean-Paul, pues bienvenido espero que tus compañeros sean agradables contigo y que te guste nuestro Instituto, bueno hay dos lugares vacíos; el que esta junto a Samanta- líder de las populares, y por cierto mi enemiga declarada, o al menos eso dijo ella, con su cabello largo, lacio  y rubio al igual que todas las de su grupo; con ojos grandes y con lentes de contacto azules, con labios delgados, de nariz respingada, con grandes pechos, estatura media, cuerpo extremadamente ejercitado, perfectamente maquillada y bien vestida- y el que esta junto a Edén- Samanta le dio una de esas sonrisas con las que deslumbraba a los hombres, de seguro ya cayo en sus redes eso no me sorprendería, lo que si me sorprendió fue que comenzó a venir a donde estaba mi pupitre.
  -Anda siéntate con la perdedora- oí susurrar a Samanta, pero el la ignoro y ver  la cara de desilusión que Samanta puso no tuvo precio porque no traje mi cámara digital de alta definición que me regalo mi madre entre tantos regalos de navidad, maldita mala suerte.
  Creo que me perdí un poco en mis pensamientos porque cuando me di cuenta el alumno nuevo ya estaba parado a un lado mío recorriendo su silla para sentarse y cuando lo hizo, volteo hacia mi.
  -Hola- dijo dándome una sonrisa, esa voz a pesar de no poder ser la misma es idéntica…- eh hola, ¿estas…?
  -Descuida pronto se le pasara a veces se pierde en sus pensamientos, mí  nombre es Jennifer- dijo esto tendiéndole su mano y dándole una gran sonrisa coqueta, enseguida el la tomo y también le devolvió una sonrisa que parecía ser forzada.
  -Ella es Ed- dijo señalándome- y yo me llamo Belén, mucho gusto- ella también le tendió su mano y de dio una sonrisa amigable, al igual que la vez anterior el le estrecho su mano y le dedico una sonrisa pero esta si parecía ser sincera, y luego se dirigió a mi.
-Mucho gusto a ti también, me alegra mucho verte de nuevo- dijo dándome la mano y una gran sonrisa, pero yo no la tome y solo me encogí de hombros; no me gusta tocar a los hombres, son tan asquerosos, aunque a el no pareció importarle puesto que seguía sonriéndome que chico mas raro, por  lo general los demás se ofenden por mi falta de descortesía pero a el parece no importarle.
  -¿Cómo ustedes ya se conocían?- dijo Jennifer sorprendida.
  -Si nos conocimos ayer, y hoy me entere que somos vecinos- por desgracia- justo después de que casi nos choca.
  -Lo siento no fue mi culpa.
  -Si como sea chico nuevo.
  -Bueno clase ya es hora de empezar, después de clase todas la interesadas se pueden presentar, hoy veremos las ecuaciones de continuidad- y así estuvimos con ese tema toda la clase lo bueno era que yo lo conocía a la perfección, lo malo es que cada que volteaba a la dirección del chico nuevo este me estaba observando y me sonreía eso me ponía demasiado nerviosa.
  -Oye ¿Por qué escondes tus ojos?
  -¿Y eso a ti que te importa?
  -OH disculpa, ¿Cómo puedes ver con ellos?
  -Veo perfectamente- gruñí un poco mas alto de lo normal este chico estaba empezando a fastidiarme.
  -Edén puedes guardar silencio, trato de dar una clase- dijo el profesor un poco molesto y todos se giraron hacia mi, luego se escucharon susurros como tenia que ser la perdedora, ella siempre es tan rara y cosas por el estilo.
  -Si profesor lo siento- dije sonrojándome.
  -Eso espero- dijo el profesor.
  - Si chico nuevo, tenerte como compañero de pupitre va a ser tan molesto.
  -Ese para mi no va a ser problema.-dijo dándome una amplia sonrisa- Por cierto tus ojos son muy lindos.
  -Por cierto no te daré las gracias- y no dijo nada mas solo se río por lo bajo.




jueves, 10 de marzo de 2011

Saliendo de las tinieblas: Cap. 1

Alguien nuevo (parte 1)

  -¡No, no!- me desperté nuevamente con lagrimas en los ojos, debido a mis dos pesadillas constantes. Volteé a ver el reloj apenas eran la 5:30 hoy no tenia escuela, era domingo. De pronto sentí esa presencia tan familiar a mi lado.
   -Ya todo esta bien, no te preocupes, solo era una pesadilla- dijo la voz en mi cabeza.
   -No, no solo es una pesadilla- dije todavía con lágrimas en los ojos.
  -Hasta cuando vas a superar la muerte de tu abuela, mira que ella estaría muy triste si te viera así.
  -No es eso- dije secándome las lagrimas de mis  ojos.
  -Entonces es por tu padre, el te abandono no merece  tus lagrimas.
  -No es eso, es otra cosa, es…
  -¿Es que? ¿Por qué no me lo dices? Ya estoy harto de que eso te haga daño, llevas casi nueve años con esas pesadillas, y nunca me has querido decir. Por favor…
  -Tú no lo entiendes, nadie me puede ayudar.
  -¿No crees que ya es tiempo de superarlo y seguir con tu vida?
  - No puedo, ¿que no entiendes que no tengo una vida con la que seguir? Mi vida esta hecha pedazos.
  -Solo porque tú quieres, no haces nada para dejar eso atrás.
  -¿Cómo puedes decir eso? Yo no escogí esto.
  -Lo digo porque me importas y porque me duele verte así.
  -Pues eres el único y solo eres una voz en mi cabeza, no es como si fueras real.
  -Se acabo, ya estoy harto de esto- dijo esto con ¿furia?
  -¿Qué quieres decir con eso? ¿Tú también me abandonas?
  -Ya lo veras- dicho esto deje de sentirlo; entonces una mayor tristeza se apodero de mi y las lagrimas comenzaron a brotar de nuevo de mis ojos.
  -¡No puede dejarme eres lo único que tengo! Se que las personas normales por salud mental no quieren escuchar voces en su cabeza, ¡pero yo no soy normal!  Yo te necesito en mi cabeza para mantener la poca paz que me queda.- pero no hubo respuesta.

  Llore y llore a más no poder, hasta que el reloj dio las 4 de la tarde, aun así me costo mucho trabajo dejar de llorar, pero a pesar de mi tristeza decidí levantarme e ir a dar un paseo al parque que desde niña visitaba junto con mi abuelita Esme. Busque en mi closet primero mi ropa interior que consistía en unos boxers negros y un sostén negro (toda mi ropa interior  negra, toda mi vida llevare luto aunque sea en mi ropa interior) y luego busque  de ropa normal unos Levis de mezclilla, mis Bans negros, una blusa de manga larga negra, un suéter gris como tres tallas mas grande que las mías, y me metí a bañar. Al salir me cambie, me recogí totalmente el cabello, me puse mi tan usado gorro; para cubrirme mi tan llamativa melena pelirroja ¿Por qué no pude tener un color normal de cabello? ¿Castaño quizá?, y por ultimo me puse mis Ray Bans.
  Al bajar a la planta baja con dirección a la salida María una de las empleadas de la casa me intercepto.
  -Buenos días señorita Edén. ¿Desea que le sirva su comida?
  -Buenos días María, ¿Cuántas veces te eh dicho que me digas solo Ed?
  -Muchas pero aun así no puedo, eso seria una falta de educación por mi parte.
  -Hay María ¿es que acaso algún día cambiaras? Bueno cambiando de tema no tengo hambre así que no voy comer, pienso salir a dar una vuelta.
  -Pero señorita tampoco desayuno, no es bueno que se mal pase tanto, se podría enfermar de gravedad, y que Dios no lo quiera así- dijo esto ultimo persignándose.
  -Ah María a veces pienso que eres la única que se preocupa por mi, y descuida no me va a pasar nada- debido a mi condición de bruja y las brujas somos inmortales no es como si pudiera morir de hambre, tener hambre solo me debilita, tampoco es que pueda morir de otra forma que yo conozca, eso lo eh aprendido por experiencia propia en mis muchos intentos de suicidio.
  -Aun si…
  -Aun así nada- la interrumpí- adiós María nos vemos al rato- ella iba replicar de nuevo pero yo no le di tiempo y me fui directo a la puerta.
  Como el parque estaba solo a cinco cuadras decidí ir caminando. Al llegar de inmediato fui a mi sección favorita desde que tengo memoria, era ahí donde yo hacia el baile de las hojas para mi abuela; cuando ella vivía y cuando aun tenia mis poderes. Busque mi árbol, ese que únicamente compartía con mi abuelita Esme, me senté a su lado, y me quite mis lentes y mi gorro; en el ella había tallado para mi un Siempre estaré contigo, aun lo recuerdo como si hubiera sido ayer.
  Ese día mí abuelita Esme y yo habíamos salido de paseo por el parque, cuando nos encontramos con ese hermoso árbol, entonces a mi abuelita Esme se le ocurrió poner ese recuerdo. Primero no sabía lo que estaba haciendo hasta que se lo pregunte.
  -Abuelita ¿Qué estas haciendo con ese árbol?- dije inocentemente.
  -Estoy poniendo un recuerdo para nosotras.
  -¿Qué es lo que dices?- pregunte curiosa.
  -Dice “Siempre estaré contigo”.
  -¿Lo prometes?
  -Lo prometo
  -¡Que bien!- grite emocionada- siempre estaremos juntas. Esto es para ti- entonces comencé a bailar y las hojas comenzaron a elevarse debido a mis poderes.
  -Eso mi niña baila, se feliz, se feliz siempre, que yo lo seré también- y así estuvimos toda la tarde hasta que hizo de noche.
  -¿Volveremos aquí abuelita?
  -Si querida, desde hoy este será nuestro lugar secreto y siempre nos escaparemos de casa para venir aquí y para verte hacer ese baile de las hojas- entonces se agacho me dio un beso en la frente- vamos- Y desde ese día no hubo un día en el que nos escapáramos para ir a nuestro lugar secreto, hasta que ella murió.
  Que ilusa fui al pensar que eso siempre iba a ser así, de pronto sentí algo húmedo caer por mis mejillas, claro que otra cosa podían ser si no lagrimas de la perdida y de dolor que siempre existían en mi corazón.
  -¿Por qué me mentiste?, dijiste que siempre estarías conmigo, lo prometiste, ¿por que no lo cumpliste?- dije gritando tratando de sacar un poco de mi dolor.
  -Se suponía que siempre seriamos solo tú y yo, como siempre había sido, pero no, tú me abandonaste y desde entonces mi vida se ha ido desbaratando poco a poco, y no existe alegría alguna en mi corazón- de ahí en mas ya no pude decir nada mas, un nudo se apodero de mi garganta y lo único que podía hacer era llorar.
  De pronto escuche un ruido muy cerca, me gire para buscar de donde provenía y al hacerlo me di cuenta de que un joven de tez pálida; de cabello negro, corto, lacio y despeinado; con grandes y hermosos ojos grises enmarcados con grandes pestañas negras; de nariz afilada pero hermosa, con su rostro de facciones fuertes pero simétricas; con labios delgados; muy alto; con hombros anchos, estrechas caderas y piernas largas; y a pesar de su ropa todo su cuerpo aparentaba estar perfectamente esculpido. Es muy guapo… ¡pero que estas diciendo Edén el es hombre y tú odias a los hombres, todos son malvados y desagradables!
  -¿Quién eres tu?- dije esto parándome rápidamente-¿Cuánto tiempo llevas…? ¿a caso tu me escuchaste…?- ¡o no! caí en la cuenta de que no traía mis lentes ni mi gorro, y que solo estábamos el y yo en ese lugar, entonces un estremecimiento recorrió todo mi cuerpo y me abrace a mi misma.
  -Descuida no te voy a hacer daño no tienes porque ponerte así- Por Dios esa voz, entonces mi corazón comenzó a latir como loco, cálmate Edén esa voz no es la voz en tu cabeza, es imposible que lo sea solo se parecen mucho, eso es todo eso pareció relajarme, rápidamente me puse a la defensiva.
  -No has contestado- dije impaciente.
  -Primero que nada hola, mi nombre es Jean-Poul y me acabo de mudar a este vecindario, y descuida acabo de llegar, hablando de eso se puede saber ¿Por qué una joven tan linda como tu esta aquí sola llorando?- dijo dándome una gran sonrisa que me dejo ver dientes muy blancos y perfectamente parejos.
  -Eso no es asunto tuyo- suficiente este joven a pesar de ser tener la voz mas hermosa del mundo, mi voz,  era muy metiche, luego me agache a juntar mis lentes y mi gorro, me los puse, y luego proseguí a alejarme de el.
  -Oye pero no te puedes ir así.
  -O si que puedo, mira como lo hago- y luego comencé a correr, no me detuve hasta que llegue a la puerta de mi casa, al pasar por el recibidor me tope con María.
  -Ahora si desea comer algo señorita.
  -No María no tengo nada de hambre, de hecho no me apetece  cenar.
  -Pero…- no la deje terminar subí corriendo las escaleras y me fui directo a mi cuarto. Estando ahí rápidamente le puse el seguro a mi puerta, me quite mis lentes, mi gorro y mi suéter; y como siempre que estaba sola me solté el cabello, en realidad nunca me había gustado llevar el pelo recogido.
  Genial la voz en mi cabeza decide abandonarme y el mismo día me entero de que  tiene un clon.
  De pronto me dieron unas ganas inmensas de tocar mi piano; el piano que con tanto amor me había comprado mi abuelita Esme y en el que siempre tocábamos juntas,  entonces me dirigí rápido a la esquina donde este estaba, me senté en el banquillo y levante la tapa. En cuanto comencé a tocar una nueva melodía apareció, pero esta no era como las demás que eran tristes y sombrías, era una melodía diferente pero al mismo tiempo sonaba como las melodías que tocaba antes de que mi vida fuera lo que era ahora, esta estaba cargada con un sentimiento nuevo pero a la vez ya experimentado que me hizo sentir bien, pero como toda cosa buena al momento de terminar la melodía ese sentimiento desapareció dejándome otra vez triste, vacía, desolada.
  Me pare, luego me acosté en mi cama boca abajo con mi cara contra mis almohadas y de inmediato comencé a llorar y a sollozar de nuevo, ahora si que me encontraba sola, sola con este dolor que me carcomía día a día. Y así debieron de pasar horas por que cuando levante mi cabeza para ver el reloj este dio las 10:30 de la noche.
  Rápidamente me levante y como cosa habitual salí a mi balcón y me senté en mi banco favorito a ver el cielo estrellado, siempre me había gustado verlo, hoy había luna nueva y el cielo estaba completamente estrellado. Y así pase como una hora hasta que decidí ir a dormir. Al entrar de nuevo a mi cuarto cerré muy bien la puerta corrediza, cerré las cortinas, me quite la ropa hasta quedar en ropa interior, me acosté en mi cama y deje que la inconciencia me llenara esperando siempre los peores sueños....

miércoles, 9 de marzo de 2011

Saliendo de las Tinieblas: Prologo


Este es el Prologo de una historia que estoy escribiendo, no hace mucho mi madre me dijo que si queria ser escritora estaba perdiendo mi tiempo, pero a pesar de eso y de otras cosas escribir es algo que me gusta muchisimo, y nadie absolutamente me lo puede quitar.
 

viernes, 4 de marzo de 2011

Cosas de la vida.

Todos tenemos sueños...
todos tenemos ilusiones,
pero no todos los sueños se cumplen...
y casi todas la ilisiones se apagan,
la vida es decepcionarte facilmente...
porque todo es una porqueria,
la gente buena es poca...
y la mala abunda.
¡La vida es una mierda!...
y lo peor es que a nadie le importa.